La sexualidad, el Noviazgo, y El matrimonio.
Sexualidad, Noviazgo, y Matrimonio.
Dios creó al hombre y a la mujer para que puedan ser felices; solos o en pareja.Sin embargo, ese maravilloso propósito muchas veces es vulnerado por no estar sanos
interiormente; consecuencia de los legalismos que quitan la capacidad de pensar y han
subvertido los valores de la sexualidad, el noviazgo y el matrimonio.
La sexualidad.
El deseo sexual fue idea de Dios—no nuestra. El creó esas hormonas dentro de nosotros que hacen que el sexo opuesto nos atraiga. Las relaciones sexuales, como las diseñó Dios, son hermosas. ¡Ninguna cosa creada por Dios podría ser menos!
El impulso sexual no es pecaminoso, pero Dios nos dice que debemos controlar ese deseo. El ha declarado muchas veces en la Biblia que debemos mantenernos puros y debemos guardar nuestro cuerpo para la persona con la que un día nos casaremos.
El noviazgo.
El noviazgo es una etapa de ilusión, de hecho, es la etapa de máxima ilusión en una historia de amor porque está marcada por la novedad. Y también, por la idea de que el otro ser es perfecto. Teniendo en cuenta que el noviazgo es una etapa de conocimiento entre dos personas, cualquier persona que tenga una relación debe invertir ese tiempo en conocer cuáles son los gustos de la otra persona, cuáles son sus valores, cuál es su programa de vida y cuáles son sus ilusiones. El objetivo de este conocimiento mutuo es saber si ambos modelos del mundo son compatibles y las piezas del puzzle sentimental encajan de una forma natural.
El matrimonio.
Tu matrimonio es la empresa más importante de tu vida. Es el lugar donde puedes no sólo realizar tu vocación al amor y al servicio mientras creces y permites crecer a tu pareja, sino también el espacio donde el amor puede abrirse al milagro de una nueva vida.
Dicho de otra forma, tu matrimonio puede llegar a ser el ambiente de compañía, de confianza, de unidad, de solidaridad y de reto a la trascendencia que una vez Dios diseñó para ti cuando te creó y te dio la posibilidad de entregarte hasta “ser una sola carne” con tu cónyuge. Tu matrimonio es también el inicio de una vida familiar propia de la cual deben salir personas sanas, alegres y capaces de amarse y amar a los demás.
Todo esto, que seguramente corresponde a los sueños que el amor despertó en ti y que te han movido a casarte o desear hacerlo, desafortunadamente no siempre coincide con la realidad del matrimonio hoy. Muchas parejas dudan que el matrimonio pueda ser mejor que permanecer en una unión aparentemente “sin ataduras” o simplemente no creen que el amor pueda realmente ser para siempre.
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